Ya sabemos que Mónaco en el centro mundial del glamour y del lujo, pero este destino no está reñido con el placer de viajar en tren y con la posibilidad de utilizar este medio de transporte para llegar hasta el mismo corazón del Principado. Además de hoteles exclusivos, casino y Fórmula 1, Mónaco es un lugar sorprendente por muchos motivos. Entre otras cosas, por ser un enclave situado a los pies de los Alpes y a orillas del Mediterráneo. Precisamente, esto es un atractivo extraordinario para los viajeros de espíritu libre, que no de dejan engatusar por el brillo de los oropeles pero tampoco descartan un destino por esos mismos motivos.
Concretamente este tipo de viajeros son los que siempre están dispuestos a llegar a destinos exóticos y alternativos en medios de lujo o a visitar el corazón del lujo subidos en un tren repleto de pasajeros. Debemos reconocer que nos encantan los trotamundos de espíritu flexible, ya que son ellos los que no pierden nunca una oportunidad que pase por delante de ellos.
Ventajas de viajar en tren
Pero, centrémonos en la posibilidad de viajar a Mónaco en tren. O, más concretamente, sobre las ventajas de viajar en tren. Ya sabemos que todas las ciudades europeas tiene una estación, por pequeña que sea. Y uno de los aspectos positivos del tren es que suele haber más de una frecuencia diaria. Además, nos ahorra tiempo en registros, controles y procesos de identificación. Para viajar en tren sólo que comprar un billete y subirse a él. Además, nadie te llamará la atención si sacas tu propia comida o bebida y la consumes cómodamente sentado en tu asiento.
Para nosotros, uno de los mayores placeres de viajar en tren es la libertad que otorga al viajero para ocupar el tiempo del viaje como mejor le parezca: disfrutando del paisaje, durmiendo, conversando con amigos o desconocidos, paseando por los vagones, incrustado en la cafetería, leyendo, viendo una película o con la nariz metida en la pantalla del teléfono móvil. A bordo de un tren nadie te pedirá que te ates el cinturón y no te levantes de tu asiento; tampoco que apagues tu dispositivo o dejes de deambular por el pasillo.
Por otro lado, el tren es un medio ecológico y poco contaminante. La mayoría de las veces, las estaciones están en el centro de las ciudades o bien comunicadas con él. Tienes sensación de disfrutar mejor del viaje porque te permite contemplar el paisaje y no perderte detalle. Y, si te mueves dentro del territorio Schengen, no tendrás inconvenientes en las fronteras.
Trenes a Mónaco
Para viajar a Mónaco en tren hay varias opciones. Puedes tomar el IC-The Ligure desde Marsella, coger el Tren Azul desde París hasta Ventimiglia o el TGV desde París a Niza y, desde allí, a Mónaco. Hay que tener en cuenta que, si viajamos en verano, hay más opciones y conexiones con cualquiera de estos puntos, por ser temporada alta. De hecho, como alojarse en Mónaco en tan elevado, hay viajeros que optan por quedarse en ciudades cercanas como Niza o Cannes y viajar a Mónaco durante el día, que las conexiones en tren son continuas.
Toma nota de la web de la empresa que gestiona los trenes en Mónaco: www.voyages-sncf.com. Allí puedes poner la estación de origen y destino y seleccionar fecha y horario, para encontrar la mejor combinación. Por cierto, la Estación de Mónaco-Montecarlo se encuentra en la Avenida Prince Pierre, cerca del centro.
Mónaco es lugar de paso para los viajeros que van de España a Italia y viceversa con el Interrail, Eurail y similares. De hecho, los trenes que van desde ciudades como Milán o Turín a Niza, paran allí. El TGV o Ave francés que viene o va a París, también tiene parada en Mónaco. Los ferrocarriles que van a Milán, Génova, Basilea y otros puntos importantes también recalan en Mónaco. Y, por último, los Expresos Regionales que unen las ciudades de la Costa Azul, también te llevarán en tren hasta Mónaco.
Para viajar desde España, tienes que salir desde Barcelona y la conexión es directa.