El restaurante Le Petit Bar es una auténtica joya escondida en el corazón del casco antiguo de Mónaco. Se trata de un pequeño restaurante, estilo café, que viene a desterrar el mito de que es imposible comer bien en el principado sin gastar demasiado.
Restaurante Le Petit Bar
Ubicado en 35 rue base, en pleno “Monaco-Ville”, Le Petit Bar es un lugar normalmente elegido por comensales locales. Quien ha viajado a otros lugares sabe bien que cuando las personas que viven en un lugar eligen un determinado restaurante, no se trata de una cuestión solo de nombre. Allí debe comerse bien. Y Le Petit Bar no es la excepción.
Considerado por TripAdvisor como el segundo de los 88 restaurantes de la zona del Casco Antiguo de Mónaco, es el lugar ideal para hacer una pausa de almuerzo en tu recorrido por esta hermosa zona del principado, o bien para compartir una cena agradable, en un ambiente acogedor. Todo esto, claro, con platos deliciosos.
La carta de Le Petit Bar no es muy extensa y suele cambiar. Esto, desde luego, es sinónimo de que sus platos son preparados en el momento. Y los comensales han dado cuenta de los sabores exquisitos que esto conlleva.
Entre las opciones que han sido más elogiadas en Le Petit Bar se encuentran, para la entrada, las tapas para compartir y para el plato principal algunos como el risotto de remolacha, el tartare de carne, el pez espada, el “ratón de cordero” o la saltimbocca ratatouille.
Los postres tientan a cualquier amante de lo dulce, tanto para comerlos tras un almuerzo o bien para cortar la jornada con una infusión y una tarta de limón o un tiramisú al chocolate. Y, lo mejor, tienen críticas excelentes.
Un aspecto muy destacable en cuanto a la comida es que, justamente al tratarse de una carta pequeña (por lo general suelen ser unas seis opciones de platos) puede lograrse uno de los objetivos de Le Petit Bar: que los ingredientes sean siempre frescos y así mantener en alto el estándar de sabor y calidad de los alimentos.
Los precios, sin dudas, son un punto fuerte de este lugar, ya que lo convierten en una opción muy accesible en medio de tantos restaurantes lujosos pero más selectos en cuanto al poder adquisitivo de quienes los visitan.
Por ejemplo, una entrada puede comerse por alrededor de 8 euros. Un plato principal ronda los 14 euros, mientras que un postre va entre 5 y 8 euros.
Otro punto a destacar de Le Petit Bar es la atención recibida en el local. Como se dijo, es un lugar pequeño, pero esto permite una atención más exclusiva y los clientes siempre se van encantados por el trato que han tenido de parte de los camareros.
Un ejemplo: un señor cuenta que cuando fue a almorzar en familia, uno de los dos chefs del lugar no tuvo problema en adaptar el menú, que era originalmente un bistec, a una hamburguesa con patatas fritas caseras, para que la comieran sus hijos. Un gesto que siempre es valorado por un cliente.
Quien visita Le Petit Bar se lleva un agradable recuerdo de las personas que lo sirvieron. Y, casi siempre, garantizan que volverán.
Si bien algunos se han topado con esta perla escondida de Mónaco casi por casualidad y han tenido la suerte de encontrar lugar y poder sentarse a comer, sería recomendable considerar los horarios del lugar, ya que cambian según la estación y casi siempre es imprescindible una reserva previa (la cual puede hacerse por teléfono o e-mail).
Durante el verano, el horario es de domingos a viernes de 8 a 14 y de 19 a 21. Aunque ellos mismos admiten que hay cierta flexibilidad: que si hay mucha actividad pueden extenderse estos horarios, pero que también pueden acotarse si el lugar no tiene clientes en el momento. Por ello, siempre es mejor reservar.
Sobre todo, se recomienda mucho reservar si es que se tiene planeado ir a cenar a este lugar.
En invierno, el horario es de 8 a 16 de lunes a viernes, mientras que sábados, domingos o a la tarde/noche solo se abre si previamente se reservan un mínimo de diez asientos.