En nuestro recorrido habitual por Mónaco, os invitamos hoy a visitar el Museo Oceanográfico, basado en las ciencias marinas y situado en el distrito de Mónaco-Ville. Lo inauguró en 1910 el príncipe Alberto I, después de 11 años de trabajos para construirlo. Tiene una impresionante fachada encima de un pronunciado acantilado sobre el mar y se necesitaron 100.000 toneladas de piedra para levantarlo. Se considera una obra maestra de la arquitectura monumental, con una altura de 85 metros sobre el mar.
Para construirlo se utilizó piedra procedente de La Turbie, con un aspecto marrón claro que se convierte en una pátina gris pálida con el efecto de la lluvia.
El origen del Museo Oceanográfico de Mónaco
El príncipe Alberto I, desde muy joven, tuvo un gran interés por el mundo científico y participó en varias campañas de exploración de los océanos, después de recibir formación y entrenamiento militar y marino. A principios del siglo XX creó una fundación para promover el estudio oceanográfico y la ciencia en Mónaco. Su objetivo era dar a conocer el mundo de los océanos, promover el amor de sus súbditos por esta área y proteger el medio ambiente.
El abuelo del actual soberano de Mónaco, hizo de mediador entre los científicos, los poderes económicos y los políticos que tomaban decisiones y culminó poniendo en marcha este proyecto tan importante. Su espíritu aventurero y visionario está muy presente en este museo, que contiene entre sus fondos archivos y fotografías de estas expediciones que atestiguan el nacimiento de la oceanografía moderna.
¿Qué encontramos en el Museo Oceanográfico?
Pues, sobre todo, una impresionante colección de especies marinas vivas o y otras en forma de esqueletos. Desde estrellas y caballitos de mar, hasta tortugas o medusas, pasando por langostas, rayas, tiburones, erizos, pepinos de mar, anguilas, sepias…
Lo cierto es que este museo también guarda, entre sus fondos, una gran variedad de objetos relacionados con mar. Por ejemplo, modelos de barcos, restos de animales marinos desaparecidos, herramientas, armas, redes, y todo tipo de aperos de este estilo.
Pero, lo que más llama la atención del público es su acuario, que recrea los ecosistemas marinos propios del Mediterráneo y otros de tipo tropical. La flora y la fauna que contiene es espectacular: 4.000 especies de peces y más de 200 familias de invertebrados.
Jacques Cousteau, el alma del Museo oceanográfico durante años
El investigador marino Jacques Costeau llegó a la dirección del museo en 1957 y estuvo al frente de la institución durante muchos años. Dedicó su vida a estudiar el mar y las diferentes formas de vida en el agua. De hecho, fue el inventor, junto a Émile Gagnan de los reguladores que todavía se usan hoy para el buceo autónomo.
Costeau también se dedicó a la fotografía y el vídeo subacuático. A bordo de su embarcación, el Calypso, grabó muchos documentales que se emitieron en las televisiones de todo el mundo. Su labor sirvió para divulgar el respeto por el mundo marino, su estudio y la lucha contra la contaminación de mares y océanos.
En 1960, durante una visita del presidente francés Charles de Gaulle a Mónaco, Costeau le llamó la atención por unos vertidos radioactivos que Europa pretendía verter al mar. Recibió varios premios y distinciones por su trabajo. Entre otros, el Premio Internacional sobre Medio Ambiente de Naciones Unidas en 1977 o la Medalla Presidencial de la Libertad en Estados Unidos en 1985.
En 1997 falleció a los 87 años, pero su fundación sigue activa a día de hoy.
Datos prácticos sobre el Museo Oceanográfico de Mónaco
La visita al museo dura alrededor de 2 horas y media. Se le considera el Templo del Mar, ya que dispone de 6.500 m2 abiertos al público y es una referencia internacional en el mundo oceanográfico.
Destaca por su acuario y por sus colecciones de Historia Natural, pero también llama la atención la Laguna de los Tiburones y la Isla de las Tortugas en la terraza panorámica. Todo ello hace que reciba cerca de un millón de visitantes cada año. El centro abre todos los días, de 9’30 a 19h de forma ininterrumpida, entre los meses de abril y junio y todo el mes de septiembre. En verano (julio y agosto) se amplía el horario hasta las 19’30h. Y, de octubre a marzo, se abre de 10 a 18h.
Para los adultos, la entrada cuesta 12’50€ y para los niños y estudiantes 6€.
Para más información podéis visitar la web del museo.