En nuestro recorrido habitual por Mónaco, hoy vamos a dedicar nuestro artículo a la figura de Luis II, abuelo del príncipe Rainiero III y bisabuelo del actual soberano del principado, Alberto II. Su historia es bastante peculiar, llena de hijos ilegítimos e historias de amor un tanto atípicas.
Luis II nació en Baden-Baden el 12 de julio de 1870 y murió en Mónaco el 9 de mayo de 1949. Fue príncipe soberano de Mónaco entre 1922 y 1949. Sus padres fueron el príncipe Alberto I y María Victoria Douglas-Hamilton.
Datos biográficos de Luis II de Mónaco
Luis II de Mónaco nació justo un año después del matrimonio de sus padres. Pero aquí llega uno de esos episodios propios de la realeza y que tanto han marcado la historia de la familia Grimaldi hasta nuestros días. Y es que la madre de Luis II, María Victoria Douglas-Hamilton, abandonó el país para siempre poco después de su nacimiento y su matrimonio acabó por ser anulado en 1880. La joven, con tan solo 19 años, no se acostumbró nunca a este peculiar país, pequeño y recóndito, y echaba de menos los paisajes de su Escocia natal. A pesar de la anulación del matrimonio de sus padres, Luis II fue legitimado ante la Iglesia, gracias a una disposición especial dela Santa Sede.
Un mes antes de que se culminara la anulación de ese matrimonio, María Victoria Douglas-Hamilton ya se había casado en Italia con el conde Tászilo Festétics de Tólna, un noble húngaro con el que tuvo 4 hijos que eran hermanastros de Luis II.
El pequeño Luis se había trasladado a Alemania con su madre,su hermanastra Alejandra y su padrastro. Y, a los 11 años, le obligaron a regresar al Principado para llevar a cabo su formación en vistas de que sería heredero del trono de Mónaco.
El reinado de Luis II
Luis II recibió el apodo de “El príncipe-soldado” y accedió al trono en 1922. Fue el creador del AS Mónaco, la Asociación Deportiva Mónaco Fútbol Club, y bajo su mandato se celebró la primera edición del Grand Prix de Mónaco. Sus actitudes provocaron que la familia Grimaldi fuera acusada de germanófila, y solo el alistamiento de su heredero, Rainiero III al ejército francés evitó que las acusaciones de colaboración con los nazis llegarán a más. Otro de sus logros reconocidos fue el de ampliar la colección de sellos de la familia, que actualmente se puede visitar en el Museo Postal de Mónaco.
A finales del siglo XVIII, durante su estancia en un cuartel argelino, Luis II tuvo una hija con una modelo que procedía de una familia de campesinos. Como no tenía hijos legítimos, tuvo que reconocerla para evitar el peligro de que título recayera en manos de un súbdito alemán. Y es que, los acuerdos entre Francia y Mónaco contenían una cláusula según la cual, la soberanía sería cedida a Francia si el heredero al trono monegasco era súbdito alemán.
Así Carlota Grimaldi de Mónaco, madre de Rainiero III, entró en la línea de sucesión.
Mientras tanto, Luis II seguía con su azarosa vida sentimental. Se enamoró de una actriz y se casó con ella en 1946, aunque no tuvieron hijos. A la muerte del soberano, en 1991, la mujer perdió su juicio contra la familia Grimaldi, que la acusaba de derrochar la fortuna de su esposo.
Luis II está enterrado en la Catedral de San Nicolás de Mónaco.
La sucesión de Luis II
Cuando Carlota Grimaldi de Mónaco tenía 22 años, su padre negoció su matrimonio con el conde Pierre de Polignac, quien fue designado príncipe de Mónaco. Primero tuvieron una hija, Antoinette y, en 1923, nació el príncipe Rainiero.
Carlota y Pierre nunca ocuparon el trono, al que renunciaron en favor de su hijo. El motivo fue que el matrimonio entre Carlota Grimaldi y Pierre de Polignac siempre fue una falsa. Se sabía que él era homosexual, pero aceptó ser forzado a casarse con la heredera monaguesca. No obstante, siempre tuvo buena relación con Luis II, su suegro, y trabajó por el bien del Principado.
En 1930 Carlota Grimaldi abandonó Mónaco y a su familia para irse a vivir con su médico italiano. Después vendrían otras aventuras amorosas. Aunque nunca volvió a Mónaco, sus hijos y sus nietos la visitaron a menudo, hasta su muerte en 1977.
Luis II, abuelo de Rainiero III fue quien se ocupó de criar a su nieto y la sucesión tuvo lugar de abuelo a nieto.