Mónaco ya de por si es un destino turístico curiosos. Se trata de una ciudad-estado de reducidas dimensiones que se limita a la capital, Montecarlo, y sus alrededores. De hecho, su extensión no supera las 200 hectáreas, distribuidas alrededor de su centro histórico, conocido popularmente como La Roca. Pero, no hay que dejarse engañar. A pesar de su pequeño tamaño, tiene una densidad de población altísima, la mayor del mundo. Mónaco tiene 36.000 habitantes y una densidad de 17.700 habitantes por kilómetro cuadrado. Por todo ello, viajar a Mónaco es toda una experiencia y en este artículo trataremos de desvelar algunos secretos sobre el Principado.
Mónaco es un pequeño enclave donde se produce un interesante cruce de culturas, una combinación perfecta de nacionalidades. Hace frontera con Francia y dista unos pocos kilómetros de Italia. Se ubica a los pies de los Alpes y a orillas del Mediterráneo, con lo cual es un destino atractivo ya sólo por su ubicación. Y ya lo era para las culturas más antiguas, pues fenicios y etruscos usaron su puerto como punto estratégico para sus actividades comerciales. Su clima, suave y agradable, complementa el valor de este clave desde el punto de vista turístico.
Viajar a Mónaco es viajar el corazón de la Costa Azul. Ofrece preciosas vistas y acantilados pero también premia al turista con un rico patrimonio, una historia antigua salpicada de príncipes y princesas y muchos recursos atractivos. Por ejemplo, si el visitante busca conocer detalles de la historia familia real monaguesca, puede acudir el Museo Nacional o el Palacio Grimaldi. En este último, si tiene suerte, podría ver salir o entrar en su coche oficial al Príncipe Alberto o a su esposa Charlène. Y son muchos los que viajan hasta allí atraídos por la estela de Grace Kelly, actriz estadounidense que fue Princesa de Mónaco.
Grace Kelly tenía 26 años y estaba en la cima de su carrera lo dejó todo para casarse con el Príncipe Rainiero III, con el que tuvo 3 hijos. Carolina, el actual Príncipe Alberto y Estefanía. Su presencia en Mónaco trajo, sobre todo, cosas buenas ya que reactivó el turismo, la economía y la solidaridad. Uno de sus principales logros fue la gala benéfica de la Cruz Roja que se celebra cada año en el principado y que, a día de hoy, tiene mucho tirón entre las clases más altas y los ricos de todo el mundo. La Princesa Grace murió en un trágico accidente de coche en 1982. Viajaba por los alrededores de Mónaco con su hija Estefanía, quien resultó ilesa en el accidente. Dicen que Mónaco nunca volvió a ser los mismo sin ella. Por lo tanto, si decides viajar a Mónaco para conocer mejor a la familia Grimaldi, conocer detalles y acercarte a su historia puedes empezar por la residencia oficial de los príncipes.
Por supuesto, el Casino es uno de los principales atractivos de Mónaco. Pero también te podemos recomendar una noche en la Ópera de Montecarlo. La difícil ubicación del Principado ha hecho que su desarrollo urbanístico sea muy particular. Por ejemplo, dicen que es todo un ejemplo a seguir en el tema de la la ecología y el respeto al medio ambiente porque todo se diseña y proyecta de manera eficiente para ahorrar energía. Así que, si vas a viajar a Mónaco podrás fijarte en túneles, parques y jardines perfectamente integrados en el medio natural. Por ejemplo, no dejes de visitar el Jardín Exótico y el Jardín Japonés y el Museo Oceanográfico.
Tampoco podemos olvidar que es lugar de celebración del Gran Premio de Fórmula 1. Por ello ofrecen al turista experiencias únicas como recorrer en Ferrari o en Lamborgini las calles de Mónaco. Si tienes bolsillo para costearlo, puedes optar por ello y también por alquilar un yate de lujo con capitán personal. Esto es, oportunidades para vivir como un monaguesco más, aunque sea por un rato.
La verdad es que Mónaco es un lugar peculiar. Por un lado, en el centro neurálgico del lujo y el esplendor, pero también en un ejemplo de civismo y de respeto a la naturaleza. Tiene historia y sabe sacar partido de ella, pero también en un referencia de modernidad. Es un país pequeño y reducido con alto índice de población, pero te ofrece la opción de perderte entre callejuelas y recovecos y disfrutar de su esencia sin ser molestado.