Completamos hoy nuestra serie, dedicada a la familia real de Mónaco, dedicando este artículo a la princesa Estefanía. Es la menor y más díscola de los tres hijos que tuvieron Rainiero III y Grace de Mónaco. En su juventud trabajó como cantante, modelo, diseñadora y artista circense. Es hermana del actual príncipe Alberto II y de la princesa Carolina. Y siempre se le ha conocido como la rebelde del Principado, por su difícil carácter y sus escándalos amorosos.
Biografía de Estefanía de Mónaco
Nació en Mónaco el 1 de febrero de 1965. A partir de su adolescencia, parece que la princesa no asume su papel dentro de la familia real de Mónaco, con la obligación de mantener el protocolo y seguir ciertas obligaciones sociales. Ella prefería dedicarse el mundo del diseño o al espectáculo y se no tenía nada que ver con el prototipo de princesa europea. Su figura y la de su hermana Carolina de Mónaco nunca han tenido nada que ver, sobre todo en relación a su comportamiento.
Además su biografía queda marcada por la muerte de su madre en un accidente de coche en septiembre de 1982. Ambas viajaban en el automóvil y siempre hubo rumores de que era Estefanía, menor de edad en aquel entonces, la que conducía. La princesa estuvo ingresada un tiempo para recuperarse de las lesiones y no estuvo presente en el funeral de Grace Kelly.
Los amores de Estefanía de Mónaco
Su vida sentimental siempre ha sido muy agitada. A los 16 años fue muy sonado su historia de amor con Paul Belmondo, hijo del actor francés Jean-Paul Belmondo. También tuvo un idilio con Anthony Delon, hijo del actor Alain Delon.
En 1991 se quedó embarazada de su guardaespaldas, Daniel Ducret. Su hijo Louis Robert Paul nació en noviembre de 1992 y dos años más tarde tuvieron a su segunda hija, Pauline Grace Maguy. Se casó con Ducret en 1995 y se divorció un año más tarde, a raíz de unas fotografías de alto contenido sexual de su pareja con una joven belga.
Estefanía de Mónaco tuvo una tercera hija en 1998, fruto de su relación con otro de sus guardaespaldas. Sus dos primeros hijos están en la línea de sucesión monaguesca, ya que sus padres acabaron casándose. Pero la tercera no tiene reconocimiento dinástico.
Después de unos años de calma mediática, Estefanía de Mónaco saltó de nuevo a la palestra por su romance con el domador de elefantes Franco Knie. Ambos recorrieron Europa en el circo y vivieron en un tráiler. También se le atribuyen relaciones sentimentales con famosos como Rob Lowe, Cristopher Lambert y Jean-Claude Van Damme. En 2003 se casó con Adans López Péres, un acróbata portugués con el que rompió un año después.
La reina del espectáculo
En 1986, Estefanía de Mónaco se convirtió en cantante pop. La canción Ouragan, que significa Huracán, vendió 5 millones de copias en todo el mundo y la llevó a la fama internacional. Su álbum Besoin tuvo bastante éxito y en algunos países salió al mercado con el título de Stephenie. A finales de 1986 triunfaba en todos los medios europeos, sus canciones sonaban a todas horas en todas las emisoras, aparecía constantemente en las televisiones, donde también se emitían sus vídeos y salía en todas las revistas del corazón.
Pero, un año más tarde se fue a vivir a Los Ángeles con el que era su pareja entonces, Mario Oliver. Tardó 5 años en sacar un nuevo álbum del que solo vendió unos pocos miles de copias. En 1991 hizo la que sería su única gira en vivo, por Europa y Sudamérica. Se rumoreó que Estefanía de Mónaco fue la voz femenina en la canción In the Closet, de Michael Jackson, aunque nunca llegó a confirmarse. Y ahí quedó su carrera como cantante Pop.
Hoy Estefanía de Mónaco tiene 51 años. Asegura haber vivido deprisa y también haber vivido varias vidas en una sola. Actualmente vive en el Principado de Mónaco, y no se conocen sus salidas más allá de este pequeño reino. Vive volcada en sus hijos y entregada a causas sociales. Por ejemplo, la protección de los elefantes o la lucha contra el Sida. Parece que la madurez ha domado a la fiera. Ahora es habitual verla en los posados oficiales junto al resto de la dinastía Grimaldi y hace tiempo que no nos sorprende con algún escándalo, más allá de algún idilio con una playa paradisíaca como escenario de fondo.