No hace falta ser un experto en historia para conocer muchos detalles sobre la Familia Real de Mónaco. El papel cuché, las revistas del corazón y los episodios tanto dramáticos como de cuento de de hadas tienen la culpa de ello. ¿Quien no ha oído hablar de Grace Kelly, la actriz estadounidense que abandonó el cine para casarse con el Príncipe Rainiero de Mónaco? ¿Alguien no se enteró de la vida díscola y los escándalos amorosos de la princesa Estefanía? Por no hablar de la atracción fatal que ejercen la princesa Carolina y sus hijos sobre el objetivo de los paparazzi. En fin, las últimas tres generaciones de la Familia Real de Mónaco han causado sensación en el mundo de la prensa rosa, pero su historia se remonta mucho más atrás.

Historia de la Dinastía Grimaldi en Mónaco

La dinastía Grimaldi proviene de Italia y tiene su origen en una familia de la nobleza encabezada por Francisco Grimaldi. Tomó el señorío de Mónaco en 1297 y allí han reinado sus sucesores hasta hoy.

En la actualidad, los principales miembros de la familia Grimaldi son:

    • Alberto II de Mónaco: Príncipe de Mónaco, hijoa de Rainiero II y Grace Kelly.
    • Charlene de Mónaco: Esposa de Alberto II.
    • Jaime y Gabriela de Mónaco: hijos de Alberto II y Charlene
    • Carolina de Mónaco: Hermana mayor de Alberto II
    • Estefanía de Mónaco: Hermana menor de Alberto II
    • Andrea Casiraghi, Carlota Casiraghi, Pierre Casiraghi y la princesa Alejandra de Hannover: hijos de Carolina de Mónaco.
    • Louis Robert Paul Ducret, Pauline Grace Maguy Ducret y Camille Maria Gottlieb: hijos de Estefanía de Mónaco.

La Familia Real de Mónaco y sus antepasados están emparentados con diversas Casas Reales Europeas. Su fortuna podría superar los 2.500 millones de dólares y los Grimaldi son la dinastía que más tiempo lleva al frente de una corona europea, después de más de 6 siglos en Mónaco.

Rainiero y Grace Kelly, un amor de película en Mónaco

Pero si hay un personaje de la Familia Real de Mónaco conocido y apreciado, esa es Grace Kelly. Tanto por su origen, como por su historia de amor con Rainiero y, desde luego, por su trágico final.

Grace Kelly fue una actriz norteamericana que llegó a ganar un oscar, pero abandonó el cine para casarse con Rainiero III, príncipe de Mónaco. Protagonizó 11 películas como Catorce Horas o Mogambo y se convirtió en una auténtica estrella de Hollywood. Fué nominada varias veces a los Globos de Oro y ganó un Óscar a la mejor actriz por su papel en The Country Girl. Pero, cuando se hallaba en lo más alto del Star System, a los 26 años, lo dejó todo para casarse con el príncipe soberano de Mónaco. Lo había conocido en 1955 y cuando finalizó el rodaje de la película El cisne, rechazó nuevas ofertas para casarse con él. Tuvieron tres hijos: Carolina, Alberto y Estefanía.

Cuando llegó al Principado, su presencia sirvió para revitalizarlo. Llegaron hasta allí más turistas y crecieron las inversiones y todo ello sirvió de gran empuje para la economía de Mónaco.

Pero la desgracia llegó el 13 de septiembre de 1982, cuando Grace Kelly sufrió un accidente cuando conducía su coche por las proximidades de Mónaco. Le acompañaba su hija Estefanía, que resultó ilesa. Hubo rumores de que el vehículo lo conducía la joven, que por aquel entonces era menor de edad. La princesa Grace murió al día siguiente en el hospital sin llegar a recobrar el conocimiento, cuando tenía 52 años.

El reinado de Alberto II y Charlene en Mónaco

Rainiero de Mónaco nunca superó su pérdida. Falleció en 2005 y le sucedió en el trono su hijo Alberto II, quien no posee su personalidad carismática y atractiva. Su esposa Charlene tampoco logra conseguir equiparase a la que fuera princesa de Mónaco por excelencia a pesar de esforzarse en ello.

Los orígenes de ambas son bien distintos, ya que Charlene procede de una familia de trabajadores de Sudáfrica y participó como nadadora en los Juegos Olímpicos de Sidney. Alberto se caso con ella a los 53 años, puede que acuciado por los rumores que surgían a raíz de su prolongada soltería. Ambos fueron padres de gemelos casi cuatro años después del enlace y con ayuda de tratamientos de reproducción asistida. La leyenda dice que el matrimonio no tiene demasiada vida en común y son constantes las alusiones a la expresión triste de la princesa.